Hoy en día, la competencia resolución de problemas, se ha vuelto pieza clave en la caja de herramientas de todo ejecutivo. Las consecuencias de: la inestabilidad política y económica, la pandemia, la guerra entre Rusia y Ucrania, etc; impactan en nuestros trabajos de diferentes formas, enfrentándonos a problemas que debemos superar cada día. En el presente post te damos algunos consejos para desarrollar tu capacidad de resolver problemas.
Cómo es una persona con bajo nivel de desarrollo en resolución de problemas
Notamos la falta de esta competencia cuando la persona:
- Insiste en resolver nuevos problemas con las mismas soluciones de siempre.
- Le toma mucho tiempo entender el problema.
- Se impacienta y quiere llegar a conclusiones o saltar a la acción, sin analizar lo suficiente el problema.
- Le cuesta mirar el problema desde diferentes ángulos, generalmente se queda con su primera percepción.
- Intenta aplicar la primera solución que se le ocurre, sin pensar en nuevas o mejores alternativas.
Consejos para mejorar tu capacidad de resolución de problemas
- Define el problema: Este paso es clave, mientras mejor definas el problema, más rápido aparecerán las soluciones. Dedica al menos el 50% de tu tiempo a definir el problema. Identifica cuál es el problema y cuál no. Averigua las causas del mismo y agrúpalas por tipo. Grafica cuál es el problema, cuáles son las causas y cuales las consecuencias.
- Sé paciente: Sobre todo a la hora de generar las soluciones. No trates de implementar la primera solución que se te ocurre. Los estudios demuestran que, en general, la mejor solución a un problema, es la segunda o tercera que se te ocurre. Ten paciencia y desarrolla al menos 3 posibles soluciones para cada problema, evalúa las soluciones en función de su nivel de impacto y de su facilidad de implementación.
- Ten cuidado con tus prejuicios: Sobre todo al escoger la solución. Antes de implementar tu solución reflexiona sobre lo siguiente: ¿la solución se basa en hechos o en juicios?, ¿la hipótesis de la solución se basa en varios hechos o en generalizaciones en base a uno solo?, ¿Haz confrontado tus supuestos y solución con terceros?
- Sal de tu zona de confort: ¿Estas muy ocupado(a) y necesitas solucionar las cosas ya mismo?, ¿Realmente el problema se parece a uno que te sucedió en el pasado?, ¿Tiendes a generalizar los problemas? Haz un esfuerzo consciente en salir de tu zona de confort e investigar desde la curiosidad el problema o desafío.
- Pide información a terceros: ¿Estas tratando de hacer todo tú?, si no delegas algunas tareas, ni pides ni escuchas las opiniones de los demás, es más probable que te equivoques. Comparte tu solución y pide información con terceros para estar seguro de ella. Busca personas que puedan ayudarte a tener un mejor conocimiento del problema, quizá personas que estén o hayan pasado por algo similar.
- Divide el problema: Si te sientes agobiado por la complejidad del problema, divídelo en problemas más pequeños o más sencillos, analízalos, toma decisiones pequeñas, obtén información al momento, corrige lo necesario, y anda avanzando poco a poco hasta resolver el problema total.
- Adquiere nuevas habilidades: Si sientes que no avanzas o que te hace falta un nuevo enfoque, busca nuevas formas de analizar y resolver problemas. Haz más preguntas. Divide el problema en sus componentes, examina las partes y fíjate si ponerlos en un orden diferente mejora tu comprensión del mismo. Grafica el problema en forma visual, como si fuera una historieta. Usa diagramas tipo espina de pescado u otros. Realiza una tormenta de ideas para buscar soluciones.
- Asume riesgos calculados: Si no te gusta equivocarte, asume una actitud diferente frente a los errores. Cuando no te funcione una solución, piensa: ¿Qué puedo aprender de esto?, luego continúa trabajando. Recuerda mientras más intentos hagas, más aprendizaje y por tanto más posibilidades de dar con la solución adecuada.
- Organízate: Para resolver problemas se necesita utilizar una lógica rigurosa y métodos disciplinados. Usa listas de comprobación. Revisa todas las fuentes de información. Establece prioridades concentrándote en lo crítico, sin distraerse en lo que no es importante.
Fuente: FYI, Korn/Ferry International.