Una de las competencias más importantes a desarrollar hoy en día por los ejecutivos es la adaptabilidad estratégica. Esto implica la capacidad de anticiparse y responder rápidamente a entornos empresariales cambiantes, incluyendo la adopción de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, la gestión de equipos híbridos (presenciales y remotos), y la resiliencia ante la incertidumbre